Parteras Urbanas, entre Patrimonio y Colonialidad. | Día de las Madres

Lunes 5 de mayo a 8 de junio de 2025.
Inauguración: 12 horas
Abierto las 24 horas

Galería Abierta Grutas de las rejas del Bosque de Chapultepec.

Uno de los sesgos y prejuicios que todavía persisten respecto al ejercicio de la Partería tiene su origen en la intención de imponer el régimen discursivo del cientificismo médico, que pretendió erigir el discurso biomédico como una verdad absoluta, en Europa los obstetras lanzaron su ataque contra las Parteras en nombre de la ciencia y de las reformas. Se ridiculizó a las Parteras como personas «incurablemente sucias, ignorantes e incompetentes». Particularmente, se las hizo responsables de la amplia difusión de septicemias puerperales (infecciones uterinas posparto) y de las oftalmias neonatales (ceguera provocada por una gonorrea) (Ehrenreich, 2006, p.61). Argumentos que todavía se utilizan para descalificar y condenar la Partería desde las narrativas de las políticas de salud pública. Mientras que, en el mundo mesoamericano, particularmente en la cosmogonía y el orden social mexica, “el quehacer de la partera era concebido como un don que los dioses han dado a algunas mujeres, no se encuentra ninguna referencia de que éste haya sido ejercido por los hombres; asimismo su oficio se encuentra precedido por una Diosa específica: Yoalticutli” (Martínez, 1998, p.44). Estas tensiones prevalecen todavía en el contexto cultural y en el imaginario popular; por una parte, la Partería mantiene un halo sagrado, por otra, es vista como charlatanería y riesgo permanente. Un sincretismo patriarcal sobre el cual se desplazan política e idiosincráticamente las Parteras autónomas y urbanas cotidianamente.

CarteleraCdMx